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miércoles, 19 de diciembre de 2018

hoy Rumi

Reflexiones y Definiciones.


Le preguntaron a Rumi, maestro espiritual persa del siglo. XIII:

¿Qué es el veneno?

- Cualquier cosa más allá de lo que necesitamos es veneno. Puede ser el poder, la pereza, la comida, el ego, la ambición, el miedo, la ira, o lo que sea ...


¿Qué es el miedo?

- La no aceptación de la incertidumbre. Si aceptamos la incertidumbre, se convierte en aventura.


¿Qué es la envidia?

- La no aceptación de la bienaventuranza en el otro. Si lo aceptamos, se torna en inspiración.


¿Qué es la ira?

- La no aceptación de lo que está más allá de nuestro control. Si aceptamos, se convierte en tolerancia.


¿Qué es el odio?

- La No aceptación de las personas como son. Si las aceptamos incondicionalmente, a continuación, se convierte en amor.


¿Qué es la madurez espiritual?

1. Es cuando se deja de tratar de cambiar a los demás y nos concentramos en cambiarnos a nosotros mismos.

2. Es cuando aceptamos a las personas como son.

3. Es cuando entendemos que todos están acertados según su própia perspectiva.

4. Es cuando se aprende a "dejar ir".

5. Es cuando se es capaz de no tener "expectativas" en una relación, y damos de nosotros mismos por el placer de dar.

6. Es cuando comprendemos que lo que hacemos, lo hacemos para nuestra propia paz.

7. Es cuando uno deja de demostrar al mundo lo inteligente que se es.

8. Es cuando dejamos de buscar la aprobación de los demás.

9. Es cuando paramos de compararnos con los demás.

10. Es cuando se está en paz consigo mismo.

11. La madurez espiritual es cuando somos capaces de distinguir entre "necesidad" y "querer" y somos capaces de dejar ir ese querer ...
Por último y lo más importante! *

12. Se gana la madurez espiritual cuando dejamos de anexar la "felicidad" a las cosas materiales!


... para leer y releer hasta comprender

martes, 12 de septiembre de 2017

darse cuenta personales...

Me he dado cuenta de varias cosas últimamente...
 al principio no era muy consciente,
y resulta que de un tiempo a esta parte estaba "dejando de hacer" muchas cosas que habitualmente hacía...

Me refiero sobretodo a eventos sociales, diálogos en algunos encuentros, seguimiento mediático de actualidad ... suavemente me estaba retirando, sin acritud, como por falta de interés...

y ahora es que lo he pensado.

Creo que lo he pensado al extenderse (o notarse) en otro área, que por lo que parece, ni siquiera estaba considerando... me explico mejor. Se trata de las redes sociales, de contacto y comunicación on line y/o telemáticasHasta que lo noté, ni siquiera había reflexionado ni medio segundo sobre ellas y mi relación con ellas. Es como si siempre hubieran estado y fueran apareciendo nuevas opciones y posibilidades que con la alegría de sus ventajas ya estaba dicho todo.

Hay muchas razones por las que a mí, dando servicio, me interesa el escaparate que ofrecen y son. Sin siquiera notarlo se volvían una parte considerable de mis quehaceres cotidianos; y que por cierto captaba mucho de mi tiempo. Y ¿qué es lo que noté?

En principio fue una progresiva consciencia de lo muy abrumada, irritada, aburrida, tensa que el bombardeo de información me tenía. Especialmente cuando estaba usando el recurso para difundir una información o convocatoria... me agotaba... ¡Hay tanto! Todo el mundo tiene algo que decir. Es incesante. Más expuesta estaba, más enmudecía yo... Se me quitaban las ganas de decir nada... lo cuál me es muy inconveniente.

Aprendí en la facultad que el exceso de información es la segunda manera de desinformación.

De algún modo vi que, tal cómo me sentía yo, claramente no era mi forma. Un uso puntual y relajado,  selectivo, y marcando mis normas y límites, sería mi nuevo abordaje a las ventajas de tales herramientas de difusión y comunicación.
(No me extraña que sea un nuevo tipo de trabajo... poco grato, además, según yo lo vivo)

Luego han venido otros obstáculos. Del tipo no seguir la moda, no potenciar el negocio, no estar disponible para quien considera que debes estarlo a toda hora, no estar al tanto de lo que dice no sé quién o le ha pasado a no sé cuál... y tal vez también el hecho de lo inconcebible que a algunos les parece (eso he observado) llegando a considerar que renuncias a demasiado o que te pierdes lo que ellos más disfrutan...

Notifico sobre mi renuncia que no la siento como tal. Para mí es la recuperación de un rango de salud que antes había perdido sin notarlo y progresivamente.

E informo también que celebro el disfrute ajeno. No tengo ni un poco en contra. Si te hace bien ¿por qué no disfrutarlo?

Sólo, a veces, echo un poco en falta la presencia atenta de aquellos con quienes comparto... los que reservan parte de su atención a las alarmas, avisos y notificaciones...
Se me ocurre que a lo mejor no es tan disparatado que haya un tiempo para cada cosa y que es sano renunciar al menos a la neurosis de estar a todo y en todas partes en todo momento. Yo, particularmente, junto a estos darme cuenta, he desarrollado la afición a los encuentros en que se concentra la atención en el encuentro en sí y en compartir lo que durante él ocurre... si bien he aprendido que a veces, para algunos, esos avisos son parte de lo que ocurre...

viernes, 1 de julio de 2016

La inspiración

Una de las enseñanzas chamánicas que yo más valoro y me inspira es que todo ocurre aquí y ahora. No es que me lo hayan dicho textualmente, es que “me he dado cuenta”. Cierto, lo había oído, leído, pensado y creído cientos de veces. Es posible que tú también, y desde muchas vertientes y sabidurías. Lo que no es tan claro es cuantas veces o cuántos son los momentos en que Eso es verdad en Mí. En mis actos, mis palabras, mis relaciones, mi trabajo, cruzando la calle…

A lo mejor también te suena el concepto del guerrero que está presente a veces en las orientaciones de búsqueda y parece contradictorio con un ideal pacifista o corrientes orientadas a la paz interior… ¿un lío engañoso?

Si unes los dos párrafos puede que comience a tener algo de sentido.

Porque estar presente, sin importar cómo y dónde, y seguir brillando se parece mucho a una lucha. Especialmente al principio. No es una lucha “contra” algo en realidad… es una lucha a favor. Y tal vez es la palabra lucha, guerra y similares las que nos ponen en apuros… porque están muy llenas de connotaciones ¿no?

Metafóricamente –sólo metafóricamente- pueden ser útiles… Siempre que no te coloque en un “contra todo” y sientas que lo que hay que vencer es lo que ves, la forma, la circunstancia, lo diferente o lo que no me agrada. Y aquí aparece una de esas claves del acecho del chamán, el alerta, que siempre se orienta al preguntar ¿quién soy, dónde estoy, qué hay en mí aquí y ahora, y qué quiero hacer con ello?

Todo el camino de aprendizaje a través de ritos, arquetipos, pruebas y experiencias van cambiando más o menos sutilmente –partas de dónde partas- las respuestas a esas preguntas.

Yo lo explicaría de una forma muy mía. La vida, mi vida, es una aventura épica ¡sí! como en las historias y películas: con una “tierra prometida” incierta y múltiples desafíos a vida o muerte para llegar. Con una pequeña variación de sentido: no hay duda de que el héroe va a llegar porque ya está Ahí, ya tiene todo lo que necesita. De modo que la aventura se desarrolla en el afrontar dentro de sí lo que le impide verlo o plasmarlo.

Y esa aventura sin precedente, única y trepidante, está ocurriendo ahora.
En el momento en que “nuestro protagonista” mira hacia otro lado y se niega a reconocerse como tal. En el que parece completamente atrapado y ve sólo desesperanza y resignación. Cuando sólo ve apatía y falta de brillo a su alrededor. Cuando es engañado. Cuando aparece un gran monstruo que lo paraliza. Cuando se desvía… Todo esto y mucho más ocurre cuando voy a comprar el pan, cuando discuto con el vecino, cuando elijo ir por una calle y no otra, cuando sueño mis sueños, cuando quedo con los amigos, cuando decido empezar algo, decir algo, ir a tal sitio… incluso cuando me estoy aburriendo…

Un espectador en el cine que pudiera ver el escenario interior - la película que despliega todo en el exterior- estaría mordiéndose las uñas, en un ¡ay! continuo, y diciendo “¿no lo ves?” “¡corre!” “por ahí no” “¿otra vez?” … como mi madre cuando se mete en la historia suele hacer en voz alta sin darse cuenta…

Ya he avisado: es una forma muy mía, que me sirve de paralelismo y de inspiración.
¿Tu cómo te inspiras??

sábado, 14 de mayo de 2016

articulo Espiritualidad 4

Qué significa o implica un camino chamánico. De conocimiento, de consciencia...

un camino de crecimiento
Ante todo es una elección. Profunda, interior y comprometida.
Sin ella, sea cual sea la forma de aprendizaje o el maestro, cualquier avance es fruto de la casualidad y no de los méritos de ninguno.
Avances y procesos son experimentados y valorados por resultados y apreciación íntima. La guía que puede aportar la información textual o el maestro, son eso: guías basadas en la experiencia de otros (a veces de muchos y muchas generaciones; a veces de algunos, dependiendo de la enseñanza concreta).
Hay muchas técnicas modernas transpersonales, psicológicas, terapeúticas que son extrapoladas de una práctica milenaria, despojada de su contexto, y como una de muchas se ha probado “más científicamente” su eficacia para difundirla, poniéndole un nombre y acotando el recurso. De modo que, muchas veces, estamos adentrándonos en el mundo chamánico  y ni siquiera lo sabemos.
La naturaleza del hombre no ha cambiado; van cambiando sus focos de atención, lo que valora, aquello a lo que da significado. Y eso hace que podamos vernos tan evolucionados de algún modo en comparación con épocas anteriores… Y en ese sentido, en modo conciencia-colectiva, es cierto, hay cambios. No obstante ¿cuánto comprendo de lo que me pasa a mí, cuánta conciencia tengo de lo que hago conmigo mism@ cuando hago lo que hago, o de qué más hay en mí y en el mundo?
¿Cuántas explicaciones necesito para aceptar algo? ¿Cuánto me estorban mis emociones? ¿Cuánto me pesa la vida, mi historia personal para elegir esto o aquello? ¿Cuánto me defino en base a mi pasado? ¿Como me relaciono conmigo mismo? ¿cuánto bien estar hay en lo profundo de mi intimidad?
Como especie hemos estado viviendo en un par de siglos (por lo menos) en que parecía no existir nada más que mente, según aquello que es explicable, lo que respalda la ciencia… y esa es una verdad de tantas. Hay una verdad que dice que no todo es explicable en términos lógicos y medibles. Una verdad que dice que las lógicas no son inmutables… son aire, intentar atrapar el aire, posicionamientos, puntos de vista, formas de mirar… ¡Hay tantas formas de mirar! El mundo es rico, creativo, exuberante, tiene el potencial de asombrar en cada segundo… Visto así, quizá, no es tan inteligente atenerse a una sola faceta.   ---IR A ESTUDIO RELACIONADO---
Hubo un tiempo en que integrar puntos de vista, ser sabio, ser chaman, estaba reservado a muy pocos… los genios, locos, los de estirpe, los del don, visionarios intrépidos, iluminados…
No me atreveré a decir que hoy es para todos, todos… sí digo que la apertura a esa exploración gana terreno.
Quizá aún se ve en algunos ojos como aterradora y peligrosa por lo desconocido. Tal vez hay ojos que ven una amenaza. Tal vez hay ojos que ven la oportunidad de manipulación y provecho. Ojos que no ven nada si no fantasía sin base… En realidad es una simple propuesta de integración vital, explorar el ser humano en primera persona, de sentir la existencia en plenitud. A dónde conduce esto “al final” del camino es un misterio a descubrir por un@. En el trayecto es posible acercarse a un vivir más completo, armónico, libre y lleno de salud y paz. Y siendo en primera persona… obtener el conocimiento de lo que eso significa lejos de conceptos.
…como la foto de mi querida Elena, esa fantástica margarita, me inspira: 
Ver el detalle y la panorámica,  y no  tan sólo encajar la circunstancia…